PARQUE TOLEDO

Grano a grano, soplo a soplo
construimos el Parque Toledo,
y entre sonrisas y miradas cómplices
va elevándose el Parque, muy quedo.

En tierras de encantos se ubica.
Donde casi puede tocarse el cielo
con una mano que mira arriba;
la otra, anclada firme al suelo.

Lugar de encuentro entre culturas
había sido antaño Toledo.
Punto desde el que los traductores
abrieron Occidente al conocimiento.

El portal marca el límite
entre el afuera y el adentro,
buscando producir un cambio
en nuestro estado interno.

Es espacio de estudio y reflexión,
reciprocidad y profundo afecto,
donde develar lo sagrado en uno
es fruto del reconocimiento.

A la experiencia profunda,
la Sala sirve de acceso
a través de un espacio
vacío y semiesférico.

Para reflejar la época actual,
el monolito, entero de acero,
permite la alineación del espacio
y fija la coordenada del tiempo.

En la estela están grabados
los nombres de quienes contribuyeron
a la construcción del Parque
dejando testimonio del acontecimiento.

La fuente de agua representa alegóricamente
la energía, o eso es lo que humildemente entiendo,
por la fusión de lo femenino y lo masculino
que se buscan desde el albor de los tiempos.

Lugar de encuentro con uno y otros,
eso es hoy y será mañana Toledo,
donde buscadores de la verdad
van e irán en pos de un mundo nuevo.

Poema dedicado a Silo y a todos los buscadores de la verdad, especialmente a Aurelio Martínez
Enrique Collado